Agradecida a Carlos Oroza, dueño de nuestros mejores sueños.
«Las ciudades, para bien o para mal, son (como el universo) algo muy importante y, en consecuencia, muy poético».
«La verdadera razón por la que huimos de la ciudad no es su carácter antipoético, sino porque su poesía es demasiado implacable, demasiado fascinante y demasiado práctica en sus exigencias».
En Lectura y locura, Gilbert K. Chesterton (escrito en la primera década del pasado siglo), ediciones Espuela de Plata, Salamanca 2008, páginas 27 y 29.
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2 comentarios:
Mi querida Raquel, si me lo permites quisiera contarte un cuento:
"Dicen que a las puertas de una ciudad se encontraba un hombre pidiendo limosna, era día de mercado, por lo que mucha gente acudia la ciudad, mas nadie reparaba en el hombre; a media mañana, un rico mercader que entraba le dio al mendigo dos monedas y siguió su camino.
Dice el cuento que a última hora de la tarde cuando ya casi nadie quedaba en el mercado, se volvieron a encontrar estos dos hombres y el rico mercader sintio curiosidad por lo que habría hecho el hombre con el dinero y sin más se acercó y le preguntó. "¿Que has hecho buen hombre con las dos monedas que te di esta mañana?"
A lo que el hombre respondió: "con una me compré un pan para poder vivir, y con la otra, una rosa para tener por qué vivir."
Me emociona, me emociona que las personas empleen su dinero no solo para vivir, sino tambien para comprarse rosas o un pequeño libro, para tener por qué vivir...
¿Por qué te cuento esto? pues porque al leerte recorde que ayer me encontré con alguien que se sentia feliz, muy feliz, con un pequeño libro que acababa de adquirir de ¿casualidad?¡Chesterton!
Pues nada, sólo queria compartir, esta "casualidad" disculpa si me he excedido en el espacio.
Abrazos infinitos
Maria
Sabía que no estoy sola. Sabía, tú con tu generoso comentario me lo confirmas, que el pan con un buen libro mata muchas hambres.
Gracias, gracias.
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