lunes, 10 de noviembre de 2008

¿Tanto le sobra a esta ciudad?


Rúa Soler.
Derribar esos ladrillos que ciegan las ventanas es un acto de civilización.
¿No merecen recuperación estas viviendas?


«La crisis es el signo de un presente que convive con la excepcionalidad como si fuera un hábito. Pero lo que verdaderamente caracteriza nuestra época es el hecho de que esta realidad abierta e inestable no logra ser representada por las racionalidades políticas que heredamos. Es así que los conflictos ya no pueden ser pensados en términos de la constitución de sujetos o identidades sociales homogéneas. Sin embargo, no es difícil constatar la existencia de una incesante movilidad social que aguejerea una y otra vez los intentos de normalización, alimentado luchas en todos los niveles y actualizando las figuras que expresan lo común. El impasse al que nos enfrentamos es entonces, ante todo, un desafío para la imaginación teórica, una invitación a recrear nuestra gramática política, un cuestionamiento radical de todoa forma de gobierno, de las pretensiones institucionales y de los sistemas establecidos de valoración y juicio.»
Colectivo Situaciones. Texto en el programa Lo colectivo como creación, Universidad Internacional de Andalucía Arte y Pensamiento, noviembre 2008.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hermosa calle, si estuviera habitada.
Una vergüenza esas ventanas tapiadas; recuerda a Berlín cuando lo del muro.