Una de las obras de la colección Ordóñez Falcón: 'Family Tree', de Zang Huan.
Recientemente el Centro Galego de Arte Contemporánea (CGAC) ha recibido en depósito gratuitamente durante 5 años 200 piezas fotográficas de la prestigiosa colección Ordóñez-Falcón. Todo son felicitaciones.
No obstante debiéramos de hacernos algunas preguntas. El CGAC es el buque insignia del arte contemporáneo de nuestra comunidad autónoma. Es éste un centro de exposiciones temporales. El CGAC tiene colección propia obtenida mediante compras, además posee la obra que en su día adquirió la Xunta de Galicia; también es depositaria de parte de los fondos de la colección Fundación Arco. Dado el tamaño de este centro y los fondos que están bajo su administración, esta institución se ve obligada a alquilar naves de almacenamiento. Estos almacenes requieren de un mantenimiento profesionalizado.
Las preguntas pueden ser ¿cuánto nos cuesta, le cuesta al CGAC, el almacenamiento, vigilancia y conservación de los fondos de la cesión que por 5 años le hace la colección Ordóñez-Falcón, cuánto se ahorran estos coleccionistas? A fin de cuentas, lo que hacen los sres. Ordóñez-Falcón, sin perder su condición de dueños de la obra, es liberarse de los gastos citados.
Si, decíamos, que esta institución es un centro de exhibiciones temporales, y dado que los presupuestos son siempre escasos ¿hasta qué punto es pertinente asumir la responsabilidad de cobijar, vigilar, asegurar y mantener unos fondos que no tendremos expuestos al público? ¿No será más lógico invertir los dineros en obtener muestras temporales que sí todos podríamos disfrutar?
Cada persona que asume la dirección de un centro de exposiciones como éste marca, a su manera, la mirada estética de la comunidad en la que opera. Aún recordamos aquellas exposiciones que bajo la dirección de Gloria Moure Cao el CGAC nos ofreció. Entonces, este centro, sí marcaba un punto de interés singular en la escena no sólo española, también la europea. ¿Qué ha ocurrido después? ¿Cosa de los siguientes directores? Cierto es que la propuesta expositiva ha menguado su calidad. ¿No será debido a que parte importante de su presupuesto se ve destinada a cobijar, vigilar, cuidar, asegurar las obras de arte de las que no es propietario dicho centro? ¿Qué beneficio económico, cultural... nos reporta esta manera de gestionar el CGAC?
Hoy día nos movemos a León, Valladolid, Salamanca, Vitoria, Castellón... (ciudades con centros muy similares al CGAC), y es desolador reencontrarnos conque lo que ya hemos visto en una ciudad lo volvamos a encontrar en otra. Para ahorrar dinero las exhibiciones se trasladan de una ciudad a otra. Se abaratan costes, se homogeneiza la mirada... el interés, en definitiva, decae.
Convine no olvidar que el museo es un lugar de reflexión y no de espectáculo. Al igual que con aquella música que nos gusta la escuchamos con cierta frecuencia, el arte plástico que nos deleita deseamos remirarlo de cuando en cuando pero ¿dónde?
Deseamos menos obra almacenada y más expuesta y quieta. La situación actual, con tanta transitoriedad, nos tiene sujetos a una dictadura de los visto no visto, y si te vi no me acuerdo.
Algo parecido es muy posible que se pueda aplicar a nuestro MARCO.
jueves, 12 de junio de 2008
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1 comentario:
Concordo absolutamente en todo o que dis. E parabén por esta iniciativa. Vigo, certamente, precisa moitas voces críticas e de calidade como a túa. Hai material abondo para criticar, por desgraza.
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